Last Call (1992) by Tim Powers is a complex urban fantasy that puts Los Vegas deep in the uncanny valley. Think David Lynch’s Twin Peaks (1990) with tarot cards, neon lights, and Bugsy Siegel’s ghost. As a child, Scott Crane lost an eye when his father threw a sharpened poker chip at him. In a car chase with hoodlums, his mother saved his life by throwing him into a yacht that belonged to a local wizard. Naturally, he becomes a gambler who eventually plays poker for his soul.
The book abounds with poker lore, pop culture memes, creepy quotes from T. S. Eliot’s The Waste Land, and symbolic allusions to the Arthurian Grail story. At one point, Powers explains the rules of a fictional version of poker called Assumption. The wary reader will note them well.
Last Call is stylish and readable, with plenty of suspense. Lynch should have made a miniseries from it. ( )

A wacky mashup of mythology, occult, gambling, with a touch of "Fear and Loathing." ( )

No complaints, just kept falling away from it. Took a while to finish. Worth finishing though. ( )

Georges Leon, el nuevo señor de Las Vegas y de todo un imperio subterráneo relacionado con el juego, estaba dispuesto a conservar su corona para siempre, aunque eso implicase tener que asumir los cuerpos de sus hijos. Leon había tomado ya posesión del cuerpo de uno de los niños, pero su mujer impidió que pudiera completar el rito con el segundo y logró huir de él durante una noche aciaga en la que el joven quedó marcado para siempre como el jack tuerto que representa al pretendiente.
El hijo de Leon fue recogido por un jugador de póquer profesional, Ozzie, que lo crió como a un hijo, iniciándole en los secretos de su profesión. Scott Crane conserva sólo recuerdos nebulosos de su padre carnal, y nunca se tomó demasiado en serio las aparentes supersticiones que Ozzie le hacía respetar en todo momento, y que estaban destinadas a protegerle tanto de los hombres como de las propias cartas.
Desoyendo las súplicas de su tutor, Scott acepta jugar una extraña partida en un barco sobre el Lago Mead. El juego se hace con una baraja de tarot pintada a mano que ejerce una extraña influencia sobre los jugadores, y el dinero que gana esa noche es, en realidad, un pago por su propia vida. A partir de ese momento, su existencia se convierte en una pesadilla de la que no es capaz de escapar.

This was one of those rare page-turners... after a certain point I just could not put it down, which is why I started in on the second half of the book around midnight tonight and am just now finishing at 6am. This is a book firing on all cylinders - pitch-perfect characterization, a deep and involving mythology, suspense, thrills, and incredible high stakes. Highly recommended, even to people who don't understand poker (like myself). ( )