Abasse Ndione (–2024)

Ramata es la seductora mujer del fiscal general del Senegal, que un buen día hace que su marido ordene la muerte de un humilde portero de hospital que sólo cumplía su trabajo. Veinte años después, con su marido convertido en Ministro de Justicia, ella es violada por el hijo del que mató, pero sin que ninguno de los dos sepa esta circunstancia, sino que se encuentran por pura casualidad. Aquí nos enteramos de que Ramata es frígida, pero descubre el placer precisamente en su violación y, desde entonces, no vive más que para este hombre. Entra en barrena moral y personal, provoca el suicidio de su marido y acaba muriendo ella literalmente olvidada de todos. Todo esto es narrado en una tarde en un bar por un contador de historias completamente borracho a un tipo que le pagó un par de botellas.

He leido por ahí que esta es una "Madame Bovary" en senegalés. Me parece una exageración. También se califica esta novela de "negra", pero debe ser por la piel de sus personajes, en absoluto por el género. Es verdad que el autor retrata la sociedad de su país con crudeza, pero sin acritud. No se corta al contar las corruptelas, las supersticiones, la cobardía o el embrutecimiento, pero tampoco esconde el vitalismo, el optimismo, y la serenidad (aunque resulte paradójico) de sus paisanos. Y, por supuesto, hay buena y mala gente en todas partes y en todos los estratos sociales, empezando por el todopoderoso marido de la protagonista que, salvo el error de haberse dejado engatusar para sugerir la muerte del portero y luego taparla, por lo demás es un empresario y político perfectamente honesto y hasta generoso. Me han gustado las pasiones desatadas, aderezadas por las supersticiones que no siempre está uno seguro de que no sean totalmente ciertas. Pero, por momentos, la narración me ha aburrido. Los juegos con el tiempo no resultan efectivos y el ritmo a veces decrece demasiado. Los personajes, ciertamente, son complejos, al menos los principales, pero la complejidad se les ve como desde fuera, sin que lleguemos a profundizar en su personalidad. En fin, que no está mal, pero no me ha parecido para tanto, la verdad.… (mehr)