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Jose Asuncion Silva (1865–1896)

Autor von After-Dinner Conversation: The Diary of a Decadent

42+ Werke 127 Mitglieder 4 Rezensionen

Über den Autor

Bildnachweis: Gaspard-Félix Tournachon (Nadar) (1820-1910)

Werke von Jose Asuncion Silva

Obra completa (1977) 10 Exemplare
Poemas y prosas (1991) 8 Exemplare
Poesía y prosa (1986) 4 Exemplare
Poemas (2014) 3 Exemplare
Oeuvres (1997) 3 Exemplare
Obras completas 3 Exemplare
Poesías (1985) 3 Exemplare
Antología poética (2005) 3 Exemplare
Nocturno y otros poemas. (1999) 2 Exemplare

Zugehörige Werke

Dark of the Moon: Poems of Fantasy and the Macabre (1947) — Mitwirkender — 26 Exemplare

Getagged

Wissenswertes

Geburtstag
1865-11-27
Todestag
1896-05-23
Geschlecht
male
Nationalität
Colombia
Wohnorte
Bogota, Colombia (birth ∙ death)
Berufe
poet
diplomat

Mitglieder

Rezensionen

Durante el último siglo, José Asunción Silva ha estado constantemente bajo el acoso de la crítica; y cuando me refiero a José Asunción por su nombre, quiero decir que más allá de su obra literaria, sus cartas, su vida familiar o amorosa, sus amistades, sus decisiones financieras y por supuesto su suicidio, se han discutido, debatido, elogiado y destruido en incontables artículos críticos y de otras clases, durante todos estos años. Pero, engolosinada por el sabor de misterio y languidez de su poesía lírica, y por la roja dulzura del chisme sobre el suicidio más lamentado (y explotado) de la farándula literaria de finales del XIX, la crítica ha abandonado expresiones tan originales como su poesía satírica, notables por su desobediencia a la tradición, sin las cuales sería imposible completar el sello de poeta moderno, que se ha otorgado a Silva en la historia de la poesía colombiana.

El poemario Gotas amargas es el ejemplo más importante de la obra satírica de José Asunción. Sobre la escritura de este poemario se sabe muy poco; no existen manuscritos y su fechación es difícil de establecer, pues por muchos años no tuvieron otro medio de circulación que la memoria de los amigos del autor, a causa de la resistencia de éste a publicarlos en un libro. Por esta razón, han tenido que ser recolectados (arbitrariamente por los recopiladores) a través de los años, hasta llegar al total de diecisiete poemas, que según Héctor Orjuela, lo componen (165) (1). Esta característica nos impide ubicar a Gotas amargas en una época específica de la vida del autor, a ligar sus rasgos únicamente a sucesos biográficos, y nos motiva a entender la sátira presente en ellas como un rasgo poético transversal en la obra de Silva que coexistió con otros modos poéticos a lo largo de su vida literaria.

Gotas amargas constituye un cuerpo homogéneo en su tono crítico frente a la sociedad colombiana de la época (incluyendo los poetas), por su injustificado apego a la tradición y una vivencia superficial e inconsciente de la modernidad, la cual apenas comenzaba a penetrar la actividad intelectual y la vida social en nuestros centros urbanos. Su contenido es una cápsula cáustica contra todo lo establecido, y es quizás por la contundencia de este gesto que la crítica se ha enfocado en su aspecto discursivo y ha despreciado su riqueza en otras dimensiones. Minimizar el valor poético de Gotas amargas revela una suerte de ceguera colectiva ante a la renovación poética de los temas, del lenguaje y de los recursos formales que este poemario propone. Que el autor no quiso publicarlos en un libro, que no encajan dentro de ‘la poética silviana de la sutileza y el misterio», que son decididamente feos y usan sin mayores innovaciones las formas poéticas tradicionales (lo cual puede ser cierto desde una lectura superficial), son pretextos que revelan el poco interés de la crítica en construir al Silva contradictorio y genial, que representa el intento más dramático de la poesía colombiana por dar la cara a las ideas transformadoras de la modernidad, por manifestar desde un lugar propio (una realidad, una historia, una cultura), su impacto sobre el individuo y la creación artística. Es decir por realizar una verdadera apropiación, que hiciera posible la constitución de una poesía colombiana moderna.

Las posiciones de la crítica frente a Gotas amargas son muy variadas y como decía, usualmente centradas en su contenido. Uno de los críticos más reconocidos de Silva, Eduardo Camacho Guizado, piensa que estos poemas “perjudican el conjunto de su obra”, que “ofrecen bajos valores poéticos en sentido estricto” (1996 543), y los exilia de su obra considerándolos un “corpus aparte”. Esto por supuesto, deja a la vista del estudioso el espejismo de un poeta libre de contradicciones y fragmentaciones, separado de la realidad y suspendido en la atmósfera leve y misteriosa de la poesía lírica. A partir de esta imagen sólo es posible construir un ícono poético de validez limitada al pasado, lo cual puede regocijar a los críticos que han fundado nuestra rancia tradición poética; pero quedan ocultos el carácter móvil y experimental de la poesía de Silva, así como su intención de relacionarse con la realidad de un nuevo modo, que se revela en Gotas amargas , como en ninguna otra parte de su obra.

Gustavo Mejía, cuya postura crítica aporta de manera importante a la comprensión de la obra de Silva, critica el descuido de la crítica por este poemario y el desprecio por su valor poético, y rescata a una corriente más reciente de críticos que se interesan por “estudiar esta poesía desde un punto de vista diferente, pues quieren ver en estas “gotas” no solamente una fértil contribución de Silva a la poética del siglo XX, sino un diálogo rico y sugestivo de Silva con el romanticismo” (491).

Sin embargo, a pesar de ese nuevo interés por el poemario, son escasos los estudios que van más allá del contenido y tienen en cuenta aspectos formales de Gotas amargas en su conjunto. Paradójicamente, es Camacho Guizado quien ha realizado el análisis más detallado sobre Gotas amargas , abordando los objetivos de la sátira de José Asunción y deteniéndose también en los mecanismos formales de este conjunto de poemas. En el artículo “ Poética y poesía de José Asunción Silva” (1968) , Camacho Guizado dedica un aparte a la “retórica satírica” dentro de la cual ubica Gotas amargas . Allí resalta que la forma retórica de estos poemas está más cercana del chiste que de la poesía y critica sus temas por ser tan solo una “caricatura ocasional de pasajeras modas” (545). Su punto principal es que la sátira es una negación de la poesía y que este tipo de expresión en Silva no alcanza a ser auténtica poesía; sin embargo les reconoce cierto valor por su carácter experimental en cuanto a ritmo y métrica.

Camacho le da gran importancia a la concepción cambiante de Silva sobre la poesía; pero contradictoriamente declara la poética Silviana como un espacio fijo, exclusivo para la lírica, donde la voz crítica que, por su permanencia y contundencia forma parte de su poética, no tiene ninguna cabida. Para sustentar su postura, Camacho cita al propio Silva, en el texto en prosa La protesta de la Musa , donde el poeta satírico le pregunta a la musa por lo que ha escrito:

He hecho un libro de sátiras, un libro de burlas… en que he mostrado las vilezas y los errores, las miserias y las debilidades, las faltas y los vicios de los hombres. Tú no estabas aquí […] No he sentido tu voz al escribirlos y me han inspirado el genio del odio y el genio del ridículo. (545)

Según Camacho esta es una evidencia de su propio desprecio por la poesía satírica. Pero también podemos entenderla como un acto de conciencia donde el poeta comprende que la poesía que él quiere escribir no sólo surge de una inspiración sutil y refinada, sino que también puede provenir del “ genio del odio y del genio del ridículo” que lo inspiraron a él, a los poetas decadentistas y a otras vanguardias europeas con las que tuvo estrecho contacto. En esta declaración donde el poeta reflexiona sobre su desobediencia a la fuerza inspiradora que ha guiado su creación lírica, se evidencian las tensiones que va a explorar en su poesía, en la búsqueda de una nueva forma de ser poeta a pesar de las limitaciones impuestas por su entorno.

La reducida visión de Camacho en cuanto a los rasgos transformadores de la poesía de Silva, se observa de nuevo en la tercera parte de su artículo “ La cuestión rítmica” (1968) , donde expone su idea de que las transformaciones poéticas requieren profundas modificaciones de la forma, en elementos como la rítmica y el lenguaje poético, de las cuales, según el crítico, no hay nada que rescatar en Gotas amargas . ¿Dónde quedan entonces las sutiles pero profundas variaciones a la tradición rítmica y la renovación del lenguaje poético que José Asunción nos entrega en este poemario? Ese intento bien logrado por penetrar la realidad con la poesía y nutrirla de modernidad, por resolverla con mecanismos formales sutilmente novedosos, es para Camacho un suicidio poético. Su postura crítica cierra cualquier otra posibilidad de lectura y nos deja frente a un Silva de una monótona coherencia estilística e ideológica.

Un acercamiento muy distinto es el que propone María Dolores Jaramillo, en su libro de ensayos Silva, lector y poeta moderno (2001) . Esta autora construye su trabajo a partir de la ubicación de José Asunción como poeta moderno, con lo cual supera las problemáticas clasificaciones cronológicas, de las cuales su obra suele quedar por fuera, al no tener una coherencia estilística que le permita encajar dentro de un cierto perfil. Jaramillo resalta su asimilación de las renovaciones literarias de las corrientes europeas en boga, y la búsqueda de los ingredientes de su propia innovación en la filosofía, la ciencia y la poesía (Mallarmé, Baudelaire, Verlaine y Rimbaud). Encuentra en el decadentismo la fuente de las nuevas temáticas Silvianas relacionadas con la sexualidad, la muerte y la enfermedad, y también reconoce influencias simbolistas, realistas, modernistas, naturalistas y románticas, a las cuales el poeta se acerca o se contrapone a lo largo de su obra. Es en esta integración de tendencias heterogéneas, donde se concreta el carácter moderno de José Asunción, pues logra reunir las preocupaciones ideológicas y estéticas de la modernidad, y sus expresiones se tornan tan móviles y fragmentadas como el mismo espíritu moderno.

En su artículo “ José Asunción Silva y las Gotas amargas” , Jaramillo busca señalar el nuevo camino que vincula a este poemario a las propuestas estéticas e ideológicas de la modernidad, en la exploración de un lenguaje que integra lo prosaico y lo poético. Para ella, las Gotas amargas son nada menos que “el prefacio y decálogo poético del José Asunción Silva moderno” (214), porque muestran su acercamiento a nuevos modelos literarios menos convencionales y más acordes con las ideas modernas. El principal rasgo de este movimiento es el abandono de lo musical y sugerente del verso simbolista y modernista, y el inicio de un recorrido de exploración poética guiado por la interrogación, la reflexión crítica, la ironía y el escepticismo.

Desde esta perspectiva, Gotas amargas deja de ser la voz aislada del poeta en momentos de rebeldía y se convierte en una expresión clara de la forma en que éste experimenta la modernidad. Las aparentes contradicciones entre este poemario y el resto de su obra poética revelan los conflictos que enfrenta José Asunción como sujeto en una época de cambios avasallantes, en medio de una sociedad que los asimila superficialmente, y que no es capaz de incorporarlos en el ámbito artístico. Los avances científicos y la contundente evolución del pensamiento y de la literatura en Europa, le exigieron replantearse su relación con la realidad, redefinir su función como poeta dentro de un entorno cada vez más dogmatizado por las verdades científicas; de allí su constante experimentación y sus cáusticas críticas a los poetas anclados a la tradición. Pero ese entorno conocido por los poetas europeos, no correspondía a la realidad de José Asunción, y por lo tanto el poeta que esa realidad inmediata demandaba, no era necesariamente el poeta moderno que él quería ser. ¿El resultado? Un permanente conflicto entre el poeta y la realidad, que se evidencia en las diferentes de su obra sin atisbos de solución.

La opción número uno de Silva frente a esa realidad contradictoria, fue el aislamiento, la introspección en una poesía decididamente alejada de los conflictos del mundo práctico, de las expresiones cotidianas, de su entorno concreto y también de la historia. De esta actitud surge su poesía intimista, que construye mundos ideales llenos de velos y de sombras, por los cuales se filtran solo los visos más sutiles de su experiencia vital y del mundo que lo rodea. Pero también hay momentos en que el poeta decide darle la cara al mundo, y expresar abiertamente su inconformidad y sus ideales; de allí surge su poesía satírica, que lejos de ser interpretada como una expresión poética renovada, se entendió por mucho tiempo como una traición a su privilegiada e intocable figura de poeta.

En Gotas amargas , se revelan de manera contundente elementos de la poética Silviana. La sátira es una declaración explícita de lo que Silva cree que deben ser la poesía y el poeta, en contraste con las ambiguas y sutiles insinuaciones que sobre este tema emite en su poesía lírica. En el poema “Vejeces”, por ejemplo, el poeta sugiere las fuentes de inspiración de ‘los poetas soñadores», volcándolos hacia el pasado y la tradición:

¡por eso a los poetas soñadores
les son dulces, gratísimas y caras,
las crónicas, historias y consejas,
las formas, los estilos, los colores,
las sugestiones místicas y raras
y los perfumes de las cosas viejas.

En poemas como “Avant-propos”, Silva critica la excesiva emocionalidad de la poesía romántica e indica sin mayores adornos “no sigas leyendo poemas llenos de lágrimas”:

Prescriben los facultativos
cuando el estomago se estraga,
al paciente pobre dispéptico
dieta sin grasas.

Le prohíben las cosas dulces,
le aconsejan la carne asada
y le hacen tomar como tónico
Gotas amargas.

Pobre estómago literario
que lo trivial fatiga y cansa,
no sigas leyendo poemas
llenos de lágrimas!

En otros, critica las pretensiones del poeta lírico y su desconocimiento de la realidad; también se manifiesta sobre la forma de asimilar los discursos filosóficos modernos, sobre los riesgos de recaer en el pasado y de adoptar, sin una asimilación crítica, los paradigmas del positivismo que conducen a extremos nocivos para el espíritu. En Gotas amargas , Silva propone los nuevos temas de la poesía, el papel del poeta y el alcance de sus búsquedas, a través de un nuevo lenguaje poético y de agresiones explícitas a los límites impuestos a la creación poética por el simbolismo y el romanticismo.

Pero una cosa es la poética de Silva y otra lo que éste pudo llevar a la práctica. Por una parte, su realidad cotidiana vivía una modernidad incipiente; no se había dado suficiente asimilación de las ideas científicas y filosóficas y por lo tanto no había lectores preparados para recibir una poesía cargada de estos contenidos y completamente renovada en la forma. Por otra parte estaba su dificultad para articular la vida práctica con el ideal del poeta, aislado en el esteticismo y el refinamiento. Silva no podía separarse de la realidad más prosaica, la de la familia y los negocios, pero tampoco consideraba abandonar la excentricidad de su figura poética; de este conflicto surge una frustración tanto de su vida práctica como de su ideal de poeta, lo cual le produce una fuerte crisis que se concreta en la escritura de Gotas amargas .

En estos poemas Silva critica un modo de ser poeta, que en mucho se acerca a lo que él ha sido; descabeza ídolos y dioses que han sido los suyos, desvaloriza la realidad de sombras y de velos que ha construido su propia poesía (Jiménez 131); es decir, hace un fuerte ejercicio de autocrítica en el cual “el burgués y el poeta se arrancan la máscara mutuamente” y termina por quedar sin opciones para su propia vida. Gotas amargas es entonces, la expresión de un conflicto sin solución, entre sus ideales y su vida, entre su poética y su obra, que da cuenta del tortuoso camino de Silva hacia la modernidad poética.

La crítica presente en Gotas amargas se hace tangible en la temática de los poemas y en la evidente sátira de sus enunciados, tal como lo he señalado. Pero también se revela en el uso de un lenguaje renovado y experimentaciones con la métrica y el ritmo, las cuales desvían sutil e irónicamente a estos poemas de la gastada tradición del sistema de versificación.

El llamar a las cosas por su nombre, estaba, a finales del diecinueve, prácticamente prohibido para cualquier poeta decente. La realidad siempre estaba mediada por algún filtro, que la entregaba al lector embellecida y ensanchada de atributos. La función del lenguaje preciso y directo de Gotas amargas , es poner la poesía en contacto con la realidad y evitar mediaciones que distorsionen su significado. En algunos poemas se crean imágenes concretas a partir de la literalidad; las metáforas, que muchos han querido ver, para mantener la coherencia entre las gotas y la voz del poeta lírico, simplemente no existen. Tal es el caso de “ El mal del Siglo” .

En la primera parte, el poeta le cuenta al doctor sobre sus males existenciales. Para esto, José Asunción utiliza términos aceptados dentro de los estándares poéticos, que se refieren al espíritu del intelectual; invoca al Werther de Goethe, a Manfredo y a Leopardi, y usa palabras comunes al estado de ánimo del poeta romántico, nostálgico y desencantado de la vida: “Doctor, un desaliento de la vida/que en lo íntimo de mí se arraiga y nace/…Un cansancio de todo, un absoluto/Desprecio por lo humano… un incesante”. Pero en la segunda parte, el doctor responde al poeta en palabras cotidianas, referidas al modo más simple de la existencia, y con un tono irónico descalifica las preocupaciones existenciales del poeta que nada tienen que ver con el mundo real:

-Eso es cuestión de régimen: camine
De mañanita; duerma largo, báñese;
Beba bien; coma bien; cuídese mucho,
¡Lo que usted tiene es hambre!

¿Hambre de pureza poética? ¿Hambre de libertad para el espíritu encerrado en los horrores del mundo concreto? ¡No, hambre! A nivel literal, de la que se cura con un buen almuerzo y no con elaboraciones intelectuales. José Asunción deja la angustia existencial del romántico como una pataleta y reniega de las complicaciones de esas mentes intelectuales que, como la suya propia, no logran articularse del todo con la realidad.

Esta estructura en dos partes: elaboración /destrucción a través de la ironía, es utilizada por José Asunción en varios poemas como “ Madrigal”, “Enfermedades de la niñez”, “La respuesta de la tierra” y “Futura” . En la primera parte de la fórmula, que suele abarcar la mayoría del poema, el autor presenta el discurso del intelectual del poeta o del político, cargado de términos cultos y de planteamientos de supuesta profundidad, que llevan al lector tradicional a un estado de comodidad y admiración en relación con el poema. En la segunda parte, destruye el discurso elaborado en la primera, con un verso o una palabra de total contundencia semántica, que normalmente guardan relación con estratos más corporales y básicos de la existencia. De esta forma, José Asunción critica el discurso acartonado y poco realista de los personajes decimonónicos; se burla del segmento de su público que idolatra al Silva lírico y no es capaz de descender de las alturas de la tradición poética; se burla de sí mismo, que baja de ellas en contadas ocasiones.

En otros poemas como “ Psicoterapéutica” , Silva se aleja del lenguaje metafórico y también de la ironía, para dejar al descubierto un significado sin velos, que gracias a su universalidad, se convierte en el punto de partida de lecturas heterogéneas. Esa intención de entregar al lector el significado de forma directa para una elaboración posterior, se percibe también en la estructura estrófica y la rima del poema. Estrofas de cuatro versos y rimas consonantes alternadas que permanecen a lo largo de las estrofas (versos 2, 4, 6, 8, 10 y 12), crean una musicalidad de fácil recordación que evoca rondas infantiles: esta poesía está dotada de tal simpleza y naturalidad que funciona como un contenedor casi invisible del significado del poema.

Si quieres vivir muchos años
y gozar de salud cabal,
ten desde niño desengaños,
practica el bien, espera el mal.
Desechando las convenciones
de nuestra vida artificial,
lleva por regla en tus acciones
esta norma: lo natural!
De los filósofos etéreos
huye la enseñanza teatral,
y aplícate buenos cauterios
en el chancro sentimental

La cercanía de la realidad con el poema, lograda a través del abandono de la metáfora y de una estructura elemental, otorga a éste el poder de penetrar fácilmente la sensibilidad del lector. En el siglo diecinueve, los lectores que participaban del discurso filosófico, los sometidos por lo sentimental y lo artificioso, eran los aristócratas, por lo cual el significado del poema estaría limitado a ciertos círculos, a pesar de los mecanismos familiarizantes utilizados por el poeta. Pero si actualizamos ese lector, encontramos que las preocupaciones planteadas en “ Psicoterapéutica” y el lenguaje con que está construido, están más vigentes ahora que en el momento de su escritura, de modo que la universalidad del poema, lejos de perderse, se ha consolidado con el tiempo. La capacidad de esta poesía para ganar vigencia en nuestros días, revela un Silva capaz de comprender e interpretar, a través de la poesía, los conflictos del hombre moderno.

La forma en que José Asunción aborda el tema del deseo sexual en Gotas amargas se distancia bastante de las sutiles insinuaciones amorosas del resto de su poesía. En el poema “ Madrigal” , el poeta utiliza la estructura en dos partes que he descrito antes, para criticar la artificialidad y los adornos achacados por la poesía al deseo sexual. En la primera parte, se exalta la belleza femenina a través de adjetivos de uso común en la poesía romántica, consiguiéndose una imagen perfecta de la amada, casi irreal:

Tu tez rosada y pura; tus formas gráciles
De estatua de Tangará; tu olor de lilas;
El carmín de tu boca de labios tersos;
Las miradas ardientes de tus pupilas;
El ritmo de tu paso; tu voz velada;
Tus cabellos que suelen, si los despeina
Tu mano blanca y fina, toda hoyuelada
Cubrirte con un rico manto de reina;

En la segunda parte, conformada por los dos versos finales, el poeta trae a la amada al mundo de lo tangible, donde el deseo sexual se expresa abiertamente: Tu voz, tus ademanes, tu… no te asombre: / Todo eso está, ya a gritos, pidiendo un hombre .

El contraste de este tono prosaico y algo corriente para un poema, con las elaboraciones de la primera parte, borran la imagen inmaculada de la amante para convertirla en una mujer real, cuya belleza puede ofrecer un placer mucho más concreto que la mera inspiración poética. Nótese que la segunda parte (la que destruye a través de la ironía) comienza a la mitad de un verso, después de puntos suspensivos y no luego de una pausa explícita, como se usaba en esos tiempos de pausas diseñadas a la medida de un suspiro. El abrupto final de la exaltación de la amada a mitad del verso, y su inmediata desidealización, hablan de la saturación del discurso amoroso y la necesidad de sustituirlo por términos más sinceros, capaces de decir algo sobre las verdaderas emociones humanas. La imagen sagrada de la amante se desmantela y queda expuesta una percepción del deseo sensorial y espontánea, alejada del protocolo amatorio de la época. ¡Toda una novedad! Quizás controvertida, pero ciertamente incluida en los cánones poéticos modernos.

Otro rasgo característico de Gotas amargas , es la incorporación del lenguaje científico al diccionario del poeta. En Silva, este gesto apunta en dos direcciones: por una parte, muestra la cercanía entre el pensamiento y el arte, y la capacidad del poeta para asimilar esa nueva realidad, donde la ciencia lo permea casi todo; pero por otra parte, critica la asimilación del discurso positivista como nuevo dogma de la existencia. Sumando y restando, José Asunción propone, mediante el uso del lenguaje científico, la correcta medida de la adopción del discurso de la ciencia con sus novedosas y peligrosas aproximaciones a la vida humana, en lo que concierne al poeta y a los demás mortales.

Aparte del aporte discursivo, el uso de términos científicos funciona como estrategia formal de familiarización; es decir, es una manera de sintonizar al lector con los interrogantes planteados en el poema, en tanto utiliza como punto de partida circunstancias específicas de la época, caracterizada por la invasión del pensamiento positivista y por los avances de la ciencia, que sitúan a la comprobación empírica como el único camino hacia la búsqueda de la verdad. Es así como aparecen gotas, cápsulas, dietas, enfermedades, tónicos y dispépticos como posibles curas, como respuestas a las preguntas existenciales habituales del hombre. El uso sarcástico de estas fórmulas se trata de una burla a los dogmas positivistas, no una traición a las convicciones poéticas, las cuales, por otras vías, José Asunción ya se estaba replanteando.

La enfermedad había llegado a la poesía como metáfora de algún mal interior, y usualmente se curaba con remedios artísticos, o fórmulas exóticas a las que solo podían acceder los espíritus privilegiados. En Gotas amargas, el tema de la enfermedad se trata a través de la ironía, produciendo una inversión de su sentido tradicional. Las enfermedades a las que se refiere el poeta son las mismas del romanticismo: males existenciales como el desaliento de la vida, el hastío de las formas literarias, la imposibilidad del amor y el sinsentido de la existencia; pero las curas ya no son arte, poesía y vahos de excentricidad, sino medicinas reales y comportamientos recomendados por la ciencia de la época, que al final resultan tan inefectivos como las curas artísticas, por lo cual se descalifican a través de la ironía. ¿La solución? El acercamiento a la realidad y el abandono de la sensiblería. De esta manera funcionan poemas como “Avant Propos”, “El mal del Siglo”, “Cápsulas” y “Filosofías”.

Pero existe otra modalidad mucho más osada del acercamiento a la enfermedad, la cual se hace presente en “ Enfermedades de la Niñez ” y en la segunda estrofa de “ Filosofías” . Allí, las enfermedades son males físicos, como la sífilis y la blenorragia, asociados a una vida sexual desordenada y frívola. Con el uso de estos términos distantes de lo tradicionalmente poético, Silva hace una crítica frontal de los comportamientos superficiales e hipócritas de la sociedad de fin de siglo, que la exponen a males repudiables e imposibles de ocultar.

En aquellos poemas donde utiliza un lenguaje agitador, se decide por formas versales tradicionales, que por su escasa novedad, puedan ser asimiladas y superadas rápidamente por el lector, de modo la atención se centre, por contraste, en el lenguaje poético. En Gotas amargas , las transgresiones a la tradición se dan usualmente en un único elemento formal, mientras los otros mantienen su estatus tradicional; esta asimetría consigue un alto impacto del elemento subvertido, dejando al descubierto la innovación y el significado que ella contiene. El ejemplo más tangible de esta situación es el poema “ Enfermedades de la niñez” . Está construido en endecasílabos alternados con heptasílabos completamente regulares, con rima consonante y acentuación grave en todos los versos. Los dieciocho versos comienzan con la narración de una tragedia amorosa, que se redondea con la invocación de Romeo y Julieta, arquetipos del amor romántico.

A una boca vendida,
a una infame boca,
cuando sintió el impulso que en la vida
a locuras supremas nos provoca,
dio el primer beso, hambriento de ternura
en los labios sin fuerza, sin frescura.
No fue como Romeo
al besar a Julieta

La tensión dramática se conserva hasta el último verso, donde una única palabra, blenorragia , invierte el sentido construido en los versos anteriores. La capacidad de desestabilizar el significado de todo un poema con la inclusión de una sola palabra, es muestra del trabajo calculado de José Asunción en la construcción de sus versos satíricos. La sátira de Gotas amargas no es la “negación de la poesía en un tono cínico y sarcástico” que propone Camacho Guizado (544), sino el instrumento para la producción de una poesía con nuevos significados.

Hay en cambio otros poemas que cuestionan las formas tradicionales de múltiples maneras, lo que los convierte en piezas de una poesía completamente nueva. “ Necedad Yanqui” , muestra cómo se ponen en entredicho la longitud versal, la rima y el ritmo tradicionales, a través de sutiles variaciones.

En Nueva York. Cenando con William W. Breakheart,
comisionista Yanqui de fortuna notoria,
y que, según cálculos de gente respetable,
no baja de 350.000 dollars,
le oí decir las frases siguientes, que atribuyo
a embriaguez producida por quince o veinte copas:
“ ¿Amigos suyos? Perfectly. Yo nunca tiene amigos.
¿Usted cree en esto? Ensaya. Está usted en Europa,
préstales por servicio your francs if you are in Paris
your pounds if you are in London , if in Spain your onzas
well il amigo suyo es muy agradecido;
usted, es very pleased… Entonces il es desagradado
I don´t pay a usted nada… y no es su amigo ahora
o bien él paga todo… and that»s very silla
yo no es su buen amigo y dice usted le roba…”
Yo he atribuído siempre aquel discurso estúpido
A embriaguez producida por quince o veinte copas.

El poema está construido en alejandrinos, pero la incorporación de iniciales: “William W. Breakheart”, cifras numéricas “350.000 dollars” y contracciones silábicas “that»s very silly”, ponen en duda su regularidad. No queda espacio para las reglas de conteo silábico, no puede decirse que son alejandrinos, tampoco que no lo son. Poner en duda la regla, es la forma de protesta de Silva frente a la tradición formal, de modo que quede claro tanto su conocimiento de la tradición, como su inconformidad con respecto a ella.

El uso de palabras en inglés y formas verbales incorrectas, contribuyen a un mayor extrañamiento. El pretexto de que el poema es “hablado” por un extranjero que aprende español, es la justificación perfecta. La fonética inglesa altera los acentos tradicionales del verso, produciendo una sensación sonora que no corresponde al alejandrino tradicional. En el verso “usted, es very pleased… Entonces il es desagradado” la palabra pleased puede ser interpretada como grave, pero su pronunciación es más cercana a la palabra aguda, lo cual pone en duda la acentuación del verso. En la sexta o en la séptima, de 15 o 16 sílabas, las variables formales más importantes están de nuevo en tela de juicio. El juego continúa con la expresión “Entonces il es desagradado”, que produce la sensación de que algo no está bien dentro del verso. ¿Lo más obvio? El uso del vocablo “il” en vez de “el” y la conjugación errada. Pero no, el problema está en la sensación sonora producida por la adición intencional de las dos sílabas finales, que prolongan la secuencia de sílabas consonantes y abiertas (gra-da-do), fragmentando el ritmo del verso y minimizando su sonoridad.

En este poema también observamos el uso no tradicional de los signos de puntuación, como instrumento para construcción de un ritmo fragmentado y ambiguo. Las pausas inducidas por los puntos seguidos y puntos suspensivos al final de los versos, que han sido tan elogiadas por su efecto sobre el ritmo de poemas como “ Juntos los dos” y “ Poeta, di paso” , ambos pertenecientes al Libro de Versos , logran un impacto mucho más fuerte en “ Necedad Yanqui” , al estar ubicados de forma variada en el interior del verso: Well… il amigo suyo es muy agradecido , Usted is very pleased… Entonces il es desagradado , don´t pay a usted nada… y no es su amigo ahora . En el primer verso, la pausa generada por los puntos suspensivos está después de la primera sílaba, en el segundo al finalizar la sexta y en el tercero la quinta. Tal disposición produce una profunda alteración del ritmo, partiendo del interior del verso y afectando al conjunto del poema. Estamos frente a un poema de acentos variados y asimétricos, tan lejos como es posible de la cadente musicalidad tradicional. Los mecanismos a que me he referido no producen un embellecimiento de la música del poema o una refinación de las imágenes, tal vez de allí el desprecio de la crítica; pero sus efectos sobre el poema, sobre el ritmo, el tono y el sentido, son tan profundos, que sería injusto negar su poder renovador.

En presencia de las agudas innovaciones que hemos recorrido, cuesta un poco entender cómo es que la crítica ha valorado tan desfavorablemente la poesía de Gotas amargas . Este poemario revela el afán de modernidad de Silva y la permanente experimentación, los choques, las innovaciones que le acompañaron en su búsqueda, y en esa medida, se convierten en una pieza clave para comprender la poética Silviana y poder reafirmar a este autor como pilar de la poesía moderna colombiana.

Notas
(1) La primera publicación de Gotas amargas ocurrió en 1918, como parte de una recopilación publicada en Barcelona por la casa Maucci. En 1923 fueron publicadas de forma independiente por Sanín Cano y en 1951, por Camilo Brigard Silva, como parte del volumen Poesías Completas . En 1965 Miramón y Brigard Silva hacen una revisión de los textos y publican una versión muy similar a la anterior. En 1977 forman parte de la Obra completa editada por Ayacucho, al igual que en la edición de Poesías, del Instituto Caro y Cuervo en 1979. La última edición crítica es la Obra completa de la colección Archivos, 1996, coordinada por Gustavo Mejía.
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BibliotecaOlezza | Sep 19, 2019 |
Al "Jose Presunción" decadente de los Nocturnos lo tenía leído y preparado para Literatura Latinoamericana I. Adentrarme en sus obras completas fue un descubrimiento porque pude sumar a su aura de dandy desafortunado un agudo escritor satírico con momentos muy logrados (poemas como Zooespermas o la Sinfonía color de fresas con leches) que, sin apartarse del clima elegante y recargado, se permite tomarse en broma a sí mismo, también resulta un agudo crítico (el concepto de crítica ligera que utiliza es bastante admonitorio). De sobremesa, que el -flojo- prólogo de Eduardo Camacho Guizado anunciaba como un bodoque me pareció entretenidísima, sus problemas de construcción me parecieron menores, es cierto que la intriga es una excusa para otra cosa pero se deja leer bien y, aunque repetitiva, está escrita con buen pulso.… (mehr)
 
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gabrielgraves | Feb 4, 2014 |

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