Juan José Tamayo-Acosta

En las formas, el libro peca de precipitado. Parece que sea una reacción del autor contra la condena de su obra que poco antes de publicarse había hecho pública la jerarquía. Aunque el autor dice que ya tenía el texto preparado cuando le llegó la condena, inesperada para él, probablemente la editorial le convenció para que obviase los repasos finales e introdujese no sólo el epílogo final sobre el tema, sino algunas alusiones en el interior, para darle salsa al asunto. Tamayo, en realidad, hace primero una historia de la Iglesia en España desde que él tiene memoria, aproximadamente desde los años 50, para luego lanzarse a un catálogo de cuestiones espinosas. Ninguna de estas cuestiones es tratada con la profundidad que yo esperaba, y que sí tiene el autor en otras obras (nuevo signo de precipitación, o de búsqueda de un libro para bien vender y poco pensar), y me quedo así con las ganas de argumentaciones más fundamentadas, de opiniones más matizadas. A veces, Tamayo se limita a resumir documentos eclesiales, de diversa procedencia, con una exclamación o doxología final por todo comentario.

Respecto al fondo, la impresión es de maniqueísmo. Desde los años 70 para acá, los obispos (en general, aunque pone buen cuidado en dejar claro que "no todos") son cada vez más reaccionarios, más soberbios, menos cercanos, más malos, vendidos a la derecha sociológica o política. Mientras tanto, los movimientos de oposición con los que Tamayo comulga (desde la Asociación de Teólogos Juan XXIII hasta grupos de homosexuales cristianos, pasando por comunidades de base, Movimiento Pro Celibato Opcional, y demás) son los que de verdad son fieles al Evangelio, y además mártires por su fe. En resumen, otra historia de buenos y malos. Sin embargo, la cosa mejora cuando el autor hace propuestas concretas. Desgraciadamente, sólo se aviene a ello en un caso, en el de la enseñanza religiosa escolar, en la que propone una asignatura de "religión" no adscrita a ninguna religión concreta (hablaría de historia de las religiones, filosofía de las religiones, hecho religioso, sociología de la religión, antropología religiosa, etc.), pero evaluable exactamente igual que cualquier otra asignatura, y que la Iglesia organice con sus propios medios una educación religiosa integrada en la catequesis. La verdad es que yo tampoco alcanzo a comprender bien las diferencias entre ERE y catequesis, o más bien por qué no puede incluirse aquella en esta, y dejar a las autoridades educativas que enseñen a los niños otras cuestiones, incluyendo el hecho religioso en un sentido amplio. Pero lo cierto es que la Iglesia no tiene ni medios ni disposición para hacerlo. Las actuales catequesis parroquiales son lamentables en fondo y forma, y muchos de los catequistas adolecen de una falta de formación intolerable, como para encima endosarles la tarea de transmitir conocimientos (tendrían primero que adquirirlos ellos). Dejar la educación religiosa en sus manos sería, sin duda, lo más justo, pero los jerarcas se dedican más a defender sus privilegios a costa del Estado que a organizar la Iglesia con sus propios medios. Y así, nunca tendremos una Iglesia libre.… (mehr)

Este libro quiere ofrecer una visión de conjunto sobre el fenómeno de la globalización y aportar algunas ideas para una reflexión que no ha hecho más que empezar. Éstas son las 10 palabras claves y los autores que las desarrollan:La globalización (Joaquín Estefanía); Neoliberalismo (Luis de Sebastián); Sociedad de la información (Jesús Fernández y Arturo Arnau); Cultura y globalización (Giulio Girardi); Desplazamientos (Joaquín Leguina); Interculturalidad (Raúl Fornet-Betancourt); Desigualdades de género (Paloma de Villota); Derechos humanos (Germán Gutiérrez); Movimientos de resistencia global (Carlos Taibo); Ecumene de las religiones (Juan-José Tamayo-Acosta).… (mehr)