Letto in italiano - con un titolo orrendo, "Troppo amore" - ma Almudena Grandes scrive talmente bene che è un piacere rileggerlo in originale ( )

Tre, due, uno... nessuno!

Stabilire un equilibrio sembra cosa impossibile. Cos'è che cerca in definitiva l'uomo? Perchè non si riesce a "bastarsi"? Perchè ci si deve comunque far del male, alla fine? Si era in tre, in un passato mai dimenticato, si finisce in due, ma manca un pezzo che si comprende essere essenziale e...crolla tutto. Là dove c'era amore, troppo amore, adesso c'è solitudine e deserto e ricordi dolorosi. Una telefonata e tutto torna in mente più vivo che mai, ma non si potrà mai più ricomporre. Un pezzo è andato perduto, per sempre.

Un libro que habla de arte, de rebeldía, un triángulo amoroso y amores de juventud.
De lectura muy rápida y muy atrapante. ( )

Una llamada de un antiguo compañero y amante le anuncia que su comun amigo Marcos Molina, artista de éxito, se ha suicidado. La noticia la devuelve a los años de estudiante de Bellas Artes, para revivir la hisptoria de amor que protagonizaron los tres cuando apenas tenían 20 años. Reconstruya aquella pasión imposible, alegria desbordante y entrega a la pintura. ( )

En ese momento «luminoso», recordado en la distancia, se sitúa la historia subyugante, arrebatadora, de Castillos de cartón, la nueva novela de Almudena Grandes. Con ella la autora vuelve al Madrid exaltado e inocente de los años ochenta, de la «movida» y los excesos, pero también de los deslumbramientos y la pérdida de la inocencia. María José Sánchez trabaja de tasadora de arte en una casa madrileña de subastas. Un día recibe la llamada de un antiguo compañero y amante, Jaime González, anunciándole que su común amigo, Marcos Molina Schulz, se ha suicidado. La noticia no sólo devuelve a la narradora a su época de estudiante de Bellas Artes, cuando todavía soñaba con ser pintora, sino que le hace revivir la torrencial historia de amor que vivieron los tres cuando ella apenas tenía veinte años. Con la amarga emoción de lo que se siente irrecuperable, María José reconstruye los detalles de aquella pasión triangular, imposible y excesiva, la alegría desbordante con que exploraron el sexo, la intimidad sin tapujos recién estrenada, la entrega cómplice y excluyente a la pintura. Fueron destellos de una felicidad intensa, verdadera, que sólo acabaron ensombreciendo los celos de los amantes y la injusta negociación con el talento de los tres aprendices de artista.