El término "augusto" -que denota respeto y veneración por una persona que se distingue por su virtud y excelencia- se aplicó a todos los emperadores romanos posteriores a Octaviano César. Es difícil saber si los padres del general Augusto Pinochet sabían esto al momento de elegir el nombre para su hijo. Sin embargo, la historia se encargó de ponerlo a él en una situación parecida a la de los gobernantes de la antigua Roma. Augusto Pinochet, por espacio de dieciséis tuvo poder sobre la vida y la muerte de sus conciudadanos, al presidir una de las dictaduras más brutales, corruptas y depravadas que recuerde la historia de Latinoamérica. Este libro narra cómo, gracias a la tenacidad del juez español Baltasar Garzón y a la decencia de un escaso número de magistrados chilenos- Augusto Pinochet fue arrestado en Inglaterra para dar cuenta de su larga secuela de crímenes abominables.