La Batalla de Trafalgar:
Buen retrato de la Batalla de Trafalgar. Gabriel, el protagonista, junto a su amo y parientes nos llevan de la mano por el trago de la batalla amén de la situación del momento en el Cádiz de principios del siglo XIX, así como de la España de entonces y su relación con el resto del mundo. Llevada con un humor especial, describe de maravilla a los personajes, tienen una gran fuerza vital.

La corte de Carlos IV:
Espectacular continuación de la España de inicios del siglo XIX en que Benito narra una historia precisa del momento. sigue haciéndolo de manera magnífica en torno a la figura de Gabriel. Personajes de renombre como Godoy, La Duquesa de Alba, La reina María Luisa, Carlos IV, Fernando VII el Felón y muchos otros además de los más famosos del mundo del teatro como Isidoro Máiquez dan color a una narración de altura. Los entresijos cortesanos y la ya gran corrupción del momento no alejan en exceso la situación de la época actual. ( )

Bajo el epígrafe de Episodios Nacionales, se agrupan una serie de novelas, que muy apegadas a los datos históricos concretas, intentan divulgar el pasado más inmediato, para crear una conciencia patriótica y hacer que la Historia cumpla una labor educativa: analizar el pasado para poder explicar el presente. Son cuarenta y seis novelas, escritas entre 1873 y 1912, centradas en la Historía de España del S. XIX.
Tenemos que tener presente, que se trata de ficción. Galdós no pretende ser Historiador, ni Cronista, pero maneja con tal maestría todos los resortes de su arte de escritor, el género de la novela histórica (imbuído por el Romanticismo), los relatos costumbritas y las novelas por entregas o folletines, que su obra resulta muy atractiva y altamente recomendable.

La forma narrativa es la memoria autobiográfica, en un intento de dar credibilidad y cercanía a los hechos narrados, con claras reminiscencias al Quijote y al Buscón. En Trafalgar, nos narra las peripecias de Gabriel, nacido en Cádiz, en la barrio de las Viñas, quién al servicio de Alonso de Cisniega, militar retirado en Veguer, pero consumido por la nostalgia del mar y en contra de la voluntad de su mujer, huirá de su casa para embarcase en la escuadra que combatirá en Trafalgar. A la muerte de su señor, se instala en Madrid, en la Corte de Carlos IV, al servicio de una cómica, Pepita González, y se hará eco de la conspiración de el Escorial, por la cual Fernando intentó derrocar a su padre, en noviembre de 1807. ( )

Una edición crítica, modélica en cuanto tal, de los dos primeros Episodios Nacionales. Incluye un "Estudio preliminar" no sólo sobre las dos novelas, sino sobre toda la serie (las series, en realidad), y un interesante entramado de notas: a pie de página, las anotaciones, digamos, en resumen, y luego, cuando procede (que es casi siempre), una llamada al "Aparato crítico" (es decir, las variantes textuales en las diferentes ediciones) o a las "Notas complementarias", más extensas, que están al final. De este modo, el lector tiene a mano lo importante y, si quiere, puede consultar más detalles al final del texto. Lo que pasa es que yo no quería perderme estos detalles, generalmente dignos de leerse, y me pasaba el tiempo yendo de un lado a otro del libro. Pero la idea es buena, desde luego. La verdad es que la editorial presume de edición, y bien puede hacerlo. Esto está a la altura de las mejores ediciones extranjeras.

En cuanto al texto en sí, es una mezcla entre novela histórica e historia novelada. Galdós tiene la genial idea de combinar la gran historia nacional (aquí, la batalla de Trafalgar y las intrigas en la corte de Carlos IV justo antes del levantamiento contra los franceses) con las batallitas de su personaje inventado, Gabriel Araceli. Los editores señalan que, en estas dos primeras novelas, ambos entramados se combinan casi a la perfección, aderezados además por detalles folletinescos propios de un autor que conoce su oficio y que sabe venderlo, pero que, conforme se suceden los "Episodios", no siempre se estará a la altura. Es normal, son casi cincuenta novelas, distribuidas en cinco series, que empieza a escribir muy joven y termina próximo a su muerte. Pero, aquí al menos, da gusto leer a los verdaderos profesionales de la materia. Galdós sabe escribir en español, y punto. Su lengua es lo que da fluidez a toda la narración, como ocurre con el Quijote (un modelo que, como bien muestran los editores, tiene constantemente presente), y lo que produce placer al lector, y ganas de seguir leyendo, por encima incluso de los trucos o del interés de la trama. Por eso es canónico, al menos en mi opinión. Creo que seguiré la serie hasta donde llegue. Ya veremos.

Por cierto, que no tengo idea de cómo llegó este libro a mis manos. Sencillamente, un buen día apareció por casa. ( )