Mike Dolan es un reportero que, harto de las componendas de una prensa sumisa y de ver cómo sus artículos terminan en la papelera, decide hacer la guerra por su cuenta. Pese a que sólo cuenta con su fuel amigo Eddie Bishop, la temperamental Myra Barnowski y cierto talento para conseguir dinero de las mujeres, muy pronto ve la luz Cosmopolite, un semanario por cuyas páginas desfilarán un equipo de béisbol corrupto, un médico de la alta sociedad que practiva abortos ilegales, una extraña secta cuyos miembros visten túnicas y capuchones blancos y organizan reuniones a la luz de la luna... MIke Dolan, que ha pasado de tener que esquivar a sus acreedores y a los maridos celosos, a dirigir una cruzada en aras de la verdad, no tardará en comprobar que hay demasiadas personas interesadas en mantener las cosas como están y en ponerle precio a su silencio. Pero Dolan no es de los que se echan atrás...

Una de esas novelas "negras" en las que no hay asesinatos ni detectives, al menos al principio. Pero ya están aquí muchos de los elementos de las novelas clásicas de algunos años después. El protagonista es Mike Dolan, un periodista que, harto de que la prensa local esté dominada por los corruptos y mafiosos, consigue montar su propia revista especializada en destapar escándalos. Actúa por simple honestidad. Se le asocian otro periodista y una chica que luego se sabe que pertenecen al partido comunista, y consigue como impresor a un viejo anarquista. Todo ello en la Norteamérica de los años 30, y plagado de alusiones hostiles a los fascismos. El protagonista, naturalmente, cosecha muchos y poderosos enemigos. Pero él se mantiene íntegro, sin caer en el activismo político, ya digo que como muchos de los detectives clásicos posteriores. También tiene un inexplicable éxito con las mujeres que le sirve, a partes iguales, para empeorar algunos problemas y para sacarle de algunos apuros. Por descontado, aquí no hay ni una policía que merezca tal nombre (aparece un poli decente, pero tiene que actuar de tapadillo) ni algún político medio honrado, ni unas administraciones públicas, ni nada al servicio del bien común. En fin, todo tiene un tono gris marengo que me reafirma en la idea de que no quisiera vivir en un país como el que McCoy está describiendo.

Por último, el estilo literario. McCoy utiliza diálogos muy rápidos, apenas con algunas acotaciones, casi como una obra de teatro, lo que a veces confunde al lector y no le deja apreciar la evolución de los personajes, incluso en ocasiones de la propia acción. Se agradecen las pocas ocasiones en que se digna parar un momento y describir el ambiente o reflexionar sobre algo. Es, en mi opinión, el principal defecto de esta obra. ( )

beschadigd, rug

Uncomfortable mix of slight humor, social commentary, and extreme violence doesn't hold together very well, especially since McCoy fails to give any of his characters the depth required for us to understand their motives. This is a book where a lot of things happen--some of them awful--but we are left cold. It is a very fast read, however. But if you have read McCoy's masterpiece, They Shoot Horses, Don't They, you'll be surprised that it is the same writer. The style of most of the book is more like Norbert Davis, which makes the serious parts seem grafted on. ( )

traduzido por José Cardoso Pires