La historia de los judíos argentinos resulta, por analogía un espejo de la propia historia del país. Tradición cultural-religiosa y mimetismo con el entorno se combinan, en proporciones variables, para constituir un catalizador de tensiones y encuentros, particularidades y leyes históricas. Una sociedad del judaísmo argentino no puede desligarse de una historia de la vida cotidiana. En la confluencia de ambos ejes se articula una comprensión de la Argentina que está hablando de todos nosotros. Escenario de una confluencia de etnias, religiones y culturas, la “riqueza humana” de los argentinos reconoce, además de las facilidades de la tierra y el clima, las bondades de la mezcla, que han creado una identidad única y quizá, privilegiada. Este libro relata los antecedentes coloniales y los años de la inmigración masiva; la colonización rural ( con la emblemática figura de el “pueblo judío”) y las etapas de radicación de los grupos urbanos de este siglo. (...) Desfilan las generaciones inmigrantes y las nativas, el antisemitismo y la asimilación; cuadro sobre ramas de actividad y composición socioeconómica reunidos con anécdotas sobre costumbres y tradiciones: la “marca judía” en la ciudad y el campo vista desde la doble mirada del protagonista y del espectador ajeno. Con estilo claro y ritmo creciente Ricardo Feierstein nos relata la historia de los judíos argentinos también como parte del acontecer en esta extrema región austral del mundo. El registro ordenado de sus tensiones, avances y enfrentamientos internos, ayuda a entender quienes somos. El dilema del equilibrio, la suma de opuestos y la búsqueda de síntesis, ser judío y ser argentino, este transitar por el cuerpo y los afectos depositados en varios lugares: todo ella habla, también, de una identidad plural y rigurosamente contemporánea. (Descripción del editor).