La Pascua Triste, volumen que cierra la trilogía, lleva hasta su final los caracteres y destinos de sus inolvidables personajes, resolviendo de forma definitiva los conflictos entrecruzados a que da lugar, en los años de República, la yuxtaposición contradictoria de dos tiempos históricos obligados a una imposible sincronía.

El enfrentamiento entre la Galicia feudal, atenazada por la decadencia y representada por la familia de los Churruchaos, y la sociedad moderna que comienza su irresistible ascenso, encarnada en el arrogante y decidido Cayetano Salgado, dueño de los astilleros de Pueblanueva del Conde, prosigue por sus pasos contados en «Donde da la vuelta el aire», segunda parte de las trilogía "Los gozos y las sombras". Uno y otro bando van jugando sus cartas en el tablero de Pueblanueva con el fin último de conservar su dominio o hacerse con él.

nNúltimos descendientes de la familia más aristocrática de la localidad, desafiada en sus aspiraciones a la hegemonía por Cayetano Salgado, un burgués enriquecido, y sienta las bases de los antagonismos que sirven de entramado a la serie.

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Carlos Deza vuelve a su pueblo, después de casi toda su vida en el extranjero, a hacerse cargo de su herencia y huyendo de su amante. Allí descubre que mucha gente lo espera para que, haciendo honor a sus antepasados, recupere el mando en el pueblo, que ahora, con los tiempos republicanos, ostenta un advenedizo, Cayetano Salgado. Carlos no quiere el poder, si acaso huir de sí mismo, pero sus partidarios (más o menos, porque como buenos gallegos nunca se está seguro de a quién apoyan) le van llevando, pese a su resistencia, al enfrentamiento con Cayetano. Líos de mujeres, de tierras y de frailes son el material del que se va tejiendo esta rivalidad que, en el fondo, ninguno de los dos protagonistas desea, sino que se ven arrastrados por sus obligaciones sociales o por sus imperativos morales.

Todo esto está muy bien, y es interesante. El problema es que Torrente los entrevera con discursos, monólogos y diálogos socráticos sobre psicología, teología, filosofía, política, sociología y no sé cuántas "ías" más. Todo ello hace a los personajes y algunas de las situaciones poco creíbles, un tanto acartonados y como muñecos diciendo lo que el autor les ha programado decir.

Parece que esta obra en su momento pasó sin pena ni gloria, pero en los años 80 se hizo una serie de televisión que dió al autor fama y dinero. Yo me alegro, pero, de momento, me han gustado más otras obras suyas posteriores. Habrá que ver los dos tomos que continúan a este. ( )