Esta historia de una amistad improbable y de reencuentros familiares constituye el relato más brillante de Jaime Bayly, que nos cautiva desde el primer momento por su insólita habilidad para ir de lo grave a lo hilarante.
Julián Beltrán es un escritor que nunca limpia su casa. Cuando Andrea, su novia, le exige que lo haga, él decide contratar a una mucama. Y la llegada de Mercedes, una criada envejecida y fiel, va a despertar la ternura y el instinto de protección del hombre. Ella le cuenta como fue vendida a los diez años por una madre cargada de hijos a los que no podía mantener, y entonces el escritor siente la necesidad de ayudar a Mercedes a encontrar a su madre. Pero la búsqueda estará llena de azares y de episodios cómicos, a la vez que dejará al descubierto al auténtico y frágil Julián, distanciado también de su padre, aunque por motivos bien diferentes pero a los que se deberá enfrentar.

Éste es el segundo libro por Jaime Bayly que leo y me gustó casi tanto como el primero («No se lo digas a nadie»).

Una de las cosas que me encanta de la escritura de Bayly es el diálogo, que es a veces gracioso, a menudo un poco vulgar y sorprendiente, y a veces serio. Puedo tener una buena idea de como es cada personaje a través de su continuo uso de diálogos, los cuales son desarrollados de una manera natural y realista.

«Y de repente un ángel» es interesante y impredecible. El personaje principal, Julián, es un poco flojo y muy desordenado y su novia Andrea le dice que contrate una mucama para limpiar su casa (si no, ya no lo va a visitar). Julián contrata una mujer de los cincuentas llamada Mercedes, con quien, inesperadamente, desarrolla una fuerte amistad, y ella le comparte historias acerca de su pasado, incluso de como fue vendida por su madre cuando era pequeña.

Julián esta sorprendido de que Mercedes no le guarda rencor.

En cuanto a Julián, está en malas relaciones con su padre y mientras desarrolla la historia, él aprende (por Mercedes) que es mejor perdonar - que es difícil vivir con el odio, y perdonar puede hacer la vida mejor y mas fácil para todos.

«Y de repente un ángel» era facil de leer y agradable. Me gusta mucho la forma en que escribe Bayly.

Un pasaje sorprendente del libro (pp.25):
(Después de que Mercedes orine en el jardín, Julián le pregunta...):
-¿Cómo se te ocurre hacer eso en el jardín? ¿Por qué no usaste uno de los baños?-
Ella se ríe, moviendo la cabeza y cruzando las manos sobre la panza prominente, y responde:
-No, pues, joven, ¿cómo se le ocurre que yo, la empleada, le voy a ensuciar su baño? Eso nunca. Así no me han enseñado a mí.- ( )

FINALISTA PREMIO PLANETA 2005