Me parece que más que un gran pensador, Voltaire es un gran divulgador. No sé en otras obras suyas, pero aquí está claro que pretende difundir entre el mayor número de personas posible algunas ideas básicas más o menos relacionadas con la Ilustración: la razón humana por encima de todo, los paraísos perdidos reencontrados en lo exótico, el buen salvaje (con matices, eso sí), anticlericalismo, etc. Pero también encontramos cantos explícitos a la buena vida y desprecios al populacho, incomprensión al extranjero y una actitud ambivalente frente a las monarquías absolutas, al menos la francesa. Mucho importa a Voltaire el tema religioso, pero, contrariamente a lo que se piensa, no es ningún comecuras, e incluso se burla de ellos. Más bien ataca determinadas formas de cristianismo y de judaísmo, en la línea de descubrirnos el auténtico evangelio. Un iluminado, vamos.

Hace no mucho leí una comparación entre la izquierda que derivaba de Marx y la que procede de Voltaire. Aquella se centraría en la igualdad económica aunque sea a costa de la libertad, y esta se preocuparía más de la gastronomía y el intelectualismo pero acepta las opiniones ajenas. No sé si esto es cierto del todo, pero está claro que a Voltaire el bienestar del pueblo se la trae floja.

Eso sí, es un magnífico escritor y, pese a que sus tramas no importan, todos sus cuentos se sostienen bastante bien y se leen con deleite. Ya es mucho para un filósofo. ( )