Es el discurso de apertura de curso, de un catedrático de Farmacia. Explica cómo cada vez es más difícil, largo y costoso sacar un medicamento nuevo. Procura evitar los tecnicismos, aunque a veces son inevitables. De todos modos, es un rollo. Los científicos se empeñan en hacernos creer que lo que ellos hacen es interesante de por sí, y no es verdad. Sólo interesa cuando se conecta con las preocupaciones más generales y profundas de los seres humanos, y eso, lo quieran o no, no lo saben hacer. Con este tema, y los mismos datos que él aporta, un filósofo o literato mediano habría apañado un discursito mucho más aseado. ( )