En realidad, más que de la famosa Conferencia de Puebla del episcopado latinoamericano, el libro trata de la introducción y vicisitudes de la teología de la liberación especialmente en México, aunque no exclusivamente allí. También relata la evolución de la UAP desde mediados de los sesenta. Y entrelaza ambas cosas. Al llegar a la III CELAM, la UAP se convirtió en vocero de los teólogos de la liberación, escasamente representados en las instancias oficiales del evento, aunque finalmente sus postulados impregnaron de forma clara y evidente los documentos (soprendentemente, el autor no dice una sola palabra sobre este "milagro" aparente: ¿qué pasó en el aula sinodal para que se diera este cambio?). Para el autor, fue una especie de momento mágico, de convergencia entre los sectores más progresistas de la Iglesia y los moderados de la izquierda. Desgraciadamente, también trata, aunque con más rapidez, de la evolución posterior y de cómo los obispos reaccionarios se encargaron de transformar la opción por los pobres en una auténtica "opción por los ricos". Y así hasta hoy.

El autor no oculta su clara afinidad con la teología de la liberación. Lo sorprendente para mi, que vivo en un pais donde la desinformación en materia religiosa es espeluznante, es que este periodista sepa realmente de lo que habla. Cita a las fuentes correctas y conoce suficiente teología para no desencaminarse. Por otra parte, no hace historia al uso europeo, muy preocupado por la fundamentación positivista, sino que interpreta los hechos, quizá incluso con dosis de libertad inusitadas por acá, pero con la evidente intención de que la Historia sirva para algo ahora. Lo que parecía, pues, ser un libro de circunstancias hecho por un mal reportero ha resultado ser toda una lección de cristianismo, de historia y de periodismo. ( )