Algunos lugares comunes, un par de sermones episcopales, jeremiadas de empresarios, clamores en favor de la macroeconomía y los recortes sociales, y, eso sí, una pizca de caridad decomonónica. A eso se dedicaron en las Jornadas de Teología de 2010. Sólo salvaría, y en parte, una ponencia que categoriza a las víctimas de la crisis para al final decirnos que todos somos un poco víctimas y un poco responsables, aunque en distinto grado. Todo lo demás, lamentable. ( )